Hablar de los grandes y de los menos, de Dios, del diablo, de kant, de page, de la vida y de la muerte, devanarse los cesos sobre el engima y el misterio, el arte y de más y de más, me sabe a lo mismo que hablar sobre la vecina, sobre el perro o sobre un libro cualquiera. Sólo necesito un poco de emoción para hacer de una cagada una experiencia profunda. Mi único problema radica en que estoy entrenado para pensar y sentir ciertas cosas (a eso se dedicaron arduamente muchas personas, dentro de éstas, mi puto colegio) pero ahí voy, tratando de lidiar con tanta mierda que me atora (a veces me siento como un bollo atorado que quiere salir pero no puede), para no perder el interés por la vida, para pelear por ella.
Let there be more light - Pink Floyd 1968
1 comentario:
Publicar un comentario