Seduciendo a la máquina (apunten chic@s)

Eres tan seductora como aquella chica que nunca respondió;
pero tu eres diferente.
Aunque seas fría y esteril, y no tengas todas esas cosas
que me gustan en una mujer,
tienes tus dientes y tu sonido inconfundible.
Estoy perfectamente solo a tu lado,
quiero decir que jamás serás el espejo de mis límites,
ni tratarás de limitarme. No me oirás
no responderás, sólo estarás ahí,
de noche,
sólo para mí, toda para mí,
y porqué no, también de día.
Siempre mía, siempre inerte,

Maquina de escribir Olivetti - underwood.

...

Hace poco encontré una máquina de escribir vieja y polvorienta que pertenecía a mi madre y que no recordaba desde hacía ya mucho tiempo. Era encantadora. Las teclas se me parecieron a una enorme sonrisa dentada y dispuesta, la cual no pude resistir. Empecé a teclear rabiosamente al instante. Así como tantas otras noches, me sentía de lo peor. Es tan corriente esa sensación de miseria que ya ni le atribuyo alguna causa aparente, simplemente la dejo pasar con desagrado, aunque siempre tratando de atenuarla con cualquier cosa que se me ocurra, como cuando por primera vez comí rellena. El inmundo sabor no se borraba da mi lengua así lo probara todo. Llegué al extremo de comer pasto y arroz con leche para pasar la podredumbre. La cosa siguió así varios días. Con lo otro, lo común es que escriba algunas líneas rápidamente y en desorden, prenda la tele, me haga una larga y reconfortante paja (con porno por supuesto) y dependiendo del día y la hora, llamo a algún amigo o amiga, que me recuerde que las cosas no están tan mal y que aún se puede reír y beber sin que el trago sepa tan amargo.

La máquina se ha convertido en una extensión de mi cuerpo (por las noches). Luego de varios ensayos improvisados salió esto: !una buena follada joder!

!Una buena follada joder!

Ella se humedece mucho más cuando se inclina sobre sus rodillas y pone su cara sobre el colchón. El culo le queda al aire y deja que su ano se expanda lo que más puede. Él nota como se abre y se relaza la pequeña abertura. La piel arrugada y negrusca del ano se estira y ella lo siente abierto y ventilado, lo cual la excita mucho más. Él agarra su verga con la mano izquierda y tantea con la derecha la ardiente y húmeda vulva de la chica. Cuando encuentra lo que buscaba, le hunde la verga lentamente. Él la ve entrar mientras ella se estremece con cada milímetro que se va abriendo paso en esa boca infernal. Los labios se ensanchan y envuelven tiernamente el pene mientras penetra. Las nalgas abarcan todo el panorama y las caderas se adelgazan hasta llegar al cuello. El pelo le esconde la cara, pero le descubre el cuello que se retuerce hacia abajo, hacia los lados y hacia arriba. Mantiene las manos entrelazadas y los brazos estirados hacia el frente lo cual la deja totalmente desprotegida por detrás. Él le entierra el dedo gordo de su mano derecha en el culo, se lo mete entero y ella se chorrea aun más. Se lo saca y la deja para incrustarle su lengua por el mismo orificio mientras le mete dos dedos por el coño. Ella abre la boca y estira el cuello hacia arriba dejando salir un pequeño gemido. Su piel es canela, su pelo es negro y su cuerpo es de gata… (tal vez continuará mis queridos pervertidos).